- ¡Auxilio, necesito ayuda! - gritas. La gente no te entiende pero, gradualmente, empieza a salir de sus cabañas. Algunos se acercan a tí, blandiendo comidas y bebidas. Estás comiendo algo de buen aspecto cuando, de repente, una avalancha cae sobre tí. Los aldeanos se asustan y gritan. Cuando todos están en sus casas descubren que la nieve no llegó a cubrirlos. Lamentablemente, tu no tuviste esa suerte.
FIN