- ¡El ídolo es nuestro! - exclama sin pensar Ron. Entran al templo pequeño, que tiene agujeros en el suelo, y tocan la mariposa. Es hermosa y debe valer una fortuna. Cuando están por irse, se dan cuenta de que están atrapados: de los agujeros surgen lanzas, formando una reja infranqueable, hacia arriba. Y eso no es todo: el aparente techo es, en realidad, una plataforma que está bajando lentamente sobre ustedes. Fueron cegados por su avaricia.

FIN

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